Hacerse en ciudadano de los EE. UU. tiene muchos beneficios. Si cuenta con una tarjeta verde y es eligible, considere hacerse ciudadano. Estos son algunos de los beneficios de la ciudadanía:

• Estará seguro. La ciudadanía estadounidense es un derecho poderoso y protegido, independientemente de cuál sea su origen, cuánto tiempo ha vivido en otro lado o qué problemas legales tenga. El gobierno de los EE. UU. no puede deportar ciudadanos y a casi ninguna persona se le ha quitado su ciudadanía.
• Puede traer a su familia. Puede solicitar tarjetas verdes (la residencia) para sus padres, hijos y hermanos.
• Sus hijos pueden convertirse en ciudadanos. Para aprender sobre las reglas y el proceso para los niños que nacieron fuera de EE. UU. haga clic aquí. 
• Puede viajar con pasaporte estadounidense. Puede pasar todo el tiempo que desee fuera del país sin perder su ciudadanía. Con un pasaporte estadounidense, no necesita una visa para hacer viajes cortos a muchos países. Al regresar, la fila para ciudadanos en el aeropuerto es más corta.
• Puede solicitar empleo en el gobierno. Para tener un trabajo a nivel federal, debe ser ciudadano. Los puestos de trabajo en el gobierno a nivel estatal y local con frecuencia exigen que el empleado sea ciudadano.
• Puede votar. Solo los ciudadanos pueden votar en las elecciones federales. La mayoría de los estados exige que los votantes sean ciudadanos para participar en las elecciones estatales y locales. El voto es una excelente manera de influir en las decisiones para su comunidad y el país.
• No paga impuestos adicionales. Por lo general, los titulares de una tarjeta verde y los ciudadanos estadounidenses tienen que pagar los mismos impuestos.
• Ahorra dinero. Si se convierte en ciudadano, no tiene que pagar las renovaciones de la tarjeta verde.

Si obtengo la ciudadanía estadounidense, ¿perderé la ciudadanía de mi país natal?

La ciudadanía de dos países se llama “doble ciudadanía”. Las normas que rigen para la doble ciudadanía dependen de dónde es. En el juramento que se presta al recibir la ciudadanía hay palabras fuertes sobre su lealtad, la Constitución de los EE. UU. y la renuncia a otros países de los que sea ciudadano. Pero su país natal tiene sus propias normas, y es posible que lo siga considerando ciudadano incluso después de prestar juramento a los EE. UU. Para conocer las normas de su país natal, comuníquese con su embajada.